No hay que ser Marlon Brando ni Thelonious Monk para que la crisis de la composición llegue a nuestras mentes. Desde la falta de ideas para contar nuevas historias al amigo de toda la vida, hasta el maître que ya no recibe de manera peculiar a cada cliente y se amolda a un patrón que no le aporta satisfacción emocional.
Qué buenos días cuando amanece con la luna y el sol juega al muss ...¡con algunas!
1 comentario:
Pero el festival fue muy bien, ¿no?
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