Me dan pistolas para asesinar a las nubes que me quitan el sol. Al final asumo que los días nublados que tanto molestan a mi vista gustarán a unos cuantos y que ellos se merecen que el sol no termine por pasar con intensidad. Me dan sogas para que ayude a suicidas pero ellos me miran con ojos preocupados, consecuencias de la duda. Me dan altavoces para que ambiente fiestas pero cuando llego suelo encontrar enamorados que ya terminaron por ambientarse sólos. Al final, me dan una vida, la parto en cien y las voy soltando por aquí y por allá, nunca más de dos pedazos en cada sitio, nadie los pide (o yo no me entero).
2 comentarios:
"He vuelto a tropezar con el pasado, y he pedido, en el bar de mis pecados, otra copa de ron"
¡Mucho ojito a esa frase de Sabina que fue tratada con sutileza!
Me gusta.
Vir.
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