Como si la cabellera fuera un señor muy femenino,
como si las nubes fueran espuma efervesciendo
o tu mirada fuera el verso con el que me quedé dormido hace dos noches.
Como si la escalera tuviera idas y venidas pero siempre hacia arriba,
como si la maqueta fuera la versión final,
o el tal para cual acabara en hasta siempre nunca más.
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