Volé,
volé hasta el frío y luego hasta las nubes bajas,
llegué hasta donde sólo se te veía desaparecer,
más allá del sol de fin de tarde,
por donde se esconden los pecados,
los capitales en pueblos de poca gente,
los perdonables en historias de punto y seguido,
los que no importan pero casi siempre terminan por matar.
1 comentario:
...a tus cositas pequeñas, inmensas
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