Ni el Ché ni Einstein sabían qué era realmente el dinero. Si sumamos deseos nos sale dinero, si sumamos olores, sabores, canciones...Si sumamos noticias, puertos, despedidas, arrecifes...Múltiplos de monedas y billetes. Sólo quién lo tiene o quién aspira a tenerlo termina por darse cuenta del verdadero valor, el cual, supongo que por suerte, es bastante menos de lo que nunca pensamos. No lo digo sólo yo, lo dicen todos y lo cierto es que es verdad.
Me cuesta tanto decirlo que ahorro en palabras para no mentir cuando estoy diciendo la verdad.
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