Qué bien se está aquí arriba,
donde el frío es tan templado
y los corazones son libres.
La alfombra roja para recibir a los invitados,
casi todos pasan asustados
y yo les convido a relajarse.
A la segunda copa celestial la fiesta empieza a eternizarse,
brindis para un hasta siempre mi amor,
y yo tan tranquilo en ese sofá.
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