jueves, 27 de diciembre de 2012

viernes, 14 de diciembre de 2012

Respiramos para no sentirnos atrapados,
vivimos en ratoneras para sentirnos libres,
jugamos a las cartas para no creer en la suerte,
perdemos la modestia cada vez que nos vemos caer.

Tantear al fin de los tiempos,
volver después del acabóse
y cantar a la estrellas del amanecer.

Morirse de miedo es vivir despacio,
lamentar este momento es pararse en la estación fantasma;
tantear es no ganar
y disparar es soplar más fuerte de lo normal.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Seres.Eres.

Paracaídas y además, como no me importa demasiado, de escaleras al suelo.
Suspiros y yo, empujado por el vientecillo de la libertad.
Paredones y después, jornadas de vino y rosas,
parafrases y desmadres; justicias aterciopeladas,
poquito de lo que quedó era aprovechable ya.
La paradoja de la reticencia,
la repetición de la duda es la afirmación de algún día tal vez,
la oscuridad de los monjes de poniente,
la luz que no llega por muchos halógenos que estén emitiendo (en diferido).




viernes, 7 de diciembre de 2012

Ráfagas de flores

Subir para bajar planeando.
La vereda está fría,
tus ojos siempre tan rápidos
y la brisa se esconde detrás de cualquier portal.

Todo vuelve a empezar,
lo que siempre acaba,
la mirada de los escalofríos malditos.

Desde que la vida son dos días,
uno es soñando rápido,
medio perdido entre temblores
y el otro medio me ayuda a compensar todo lo demás.

Justicia de las curvas,
peregrino de caminos inventados.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La luz es verde y yo no se si estoy sentado esperando al semáforo, si esto es la fiesta de mi vida o si las cosas van rápido pero tengo capado el acelerador de todas las cosas. Me choqué de morros con el muro de la realidad y las cosas no son la mezcla de la que muchos presumen, simplemente cada uno sabe qué es y por qué y son las malditas hormonas las que por unos breves plazos de tiempo nos hacen perdernos o encontrarnos. Por suerte o para por mi muerte: no se olvidar. No se no recordar las lanzas por la espalda ni los huracanes malditos que un día surgieron, tanto los esperados como los que no. No me pierdo en ellos pero reniego de los mensajes institucionales que nos quieren re-devolver a una realidad de purpurina o acompasada. No.