Hay escritores en el olvido y olvidados secretos por escribir. Hay conocidos escondidos y gente escondida para no ser reconocida.
martes, 29 de noviembre de 2011
[...]No podemos vivir aplastados pero tampoco podemos quejarnos de la presión sólo mirando al viento pasar. Enjuiciarnos y no pedir defensa particular sería como hacer una pelota de goma y querer derribar el Empire State con ella: no es esa nuestra camisa luchadora; nunca ajenos (aún así) a que hace algún tiempo que las hormonas pasaron a jugar al mus. Qué acordes más bonitos me salieron al mirar tu foto pero qué tono menor terminó por apuñalarme al recordar a la generación perdida: eliminé cualquier disonancia hasta montar un grito agudo acorde con cualquier filosofía radical.[...]
lunes, 28 de noviembre de 2011
Para sentir
Si ojos que no ven corazón que no siente,
prefiero no sentir.
No me quiten la capacidad de oír
que ya me apaño yo.
prefiero no sentir.
No me quiten la capacidad de oír
que ya me apaño yo.
domingo, 27 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
Cantando entre nenúfares
domingo, 20 de noviembre de 2011
20N
Salvador Mira acierta con estos versos, esta mañana:
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
—así en la costa un barco— sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.
(Antonio Machado)
sábado, 19 de noviembre de 2011
viernes, 11 de noviembre de 2011
1.11 11/11/11
Metimos las marchas hacia atrás queriendo ir deprisa avanzando, luego llegaron las cartas de amor con remitente La epopeya. Finalmente volando con alas de halcón y petirrojo remamos hasta Gobi y ya. Poco a poco nos fuimos dando cuenta y gritamos ayuda a los primates, ellos siempre tan inquietos; para finalmente tirarnos una liana. La que se iba liando por sus cauces me decía que nadie se lía más de lo que quiere y yo le digo que te quiero, ella responde que sólo se quiere al mar cuando después de que las olas golpeen el frío y el picor sea placentero.
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