jueves, 29 de mayo de 2008

A los dioses no les pica el pie

Hay una clase de dioses que andan de un lugar para otro mirando al suelo, con las manos en la barbilla como creyendo pensar algo, pareciendo estar en la sala de espera de un paritorio. ¡Los dioses no paren, ni fecundan ni son paridos! Le dice algún corazón malherido desde el final de la sala.


Se sienta, parece inquieto, la luz incluso le resulta por momentos molesta...¿tiene sentimientos o simplemente se está rebajando a lo mundano? Ah no, lo olvidé, los dioses no sienten pero si sueñan.




sábado, 24 de mayo de 2008

Martes Quintero


EMOCIÓN por canción...
(también lo hago por mi afición suicida preferida)

domingo, 11 de mayo de 2008

Sueños Locos (los barrotes)






































Nos sentimos mejor por poner cara de pena...








[que la mitad de mis notas de estos tiempos vayan para quien nos hizo llegar tarde de Doñana]
















martes, 6 de mayo de 2008

He perdido una canción

Es una lástima no estar atento y jugar al despite...
...La consecuencia puede ser perder una melodía y no saber como recuperarla porque nunca se apuntó en ningún lugar. Ahora, lo que queda, es una letra sin acordes que encajen a la perfección y un poco de desolación por haber desperdiciado una buena producción.

sábado, 3 de mayo de 2008

Donde nunca pasa nada

Ya no queda nada de ayer porque el viento se lo llevó...


La irrigación sanguínea no puede verse alterada con demasiada constancia, porque sino llegamos al colapso, llegamos a la depresión y al no saber qué hacer. Es obligación del humano semi-coherente saber manejar las situciones, saber dejar pasar y ver que pasa. Después, las mentes hiperactivas, dinámicas y soñadoras como la mía, se aburrirán de pasar y que querrán implicarse hasta lo más profundo...


...DE NUEVO...comenzará el ciclo...


qué pasará cuando nos cansemos del ciclo?

jueves, 1 de mayo de 2008

2 MicroRelatos para FNAC

La blanda arena del mar me resultaba suficientemente acogedora aquella tarde. El sol, aunque a ratos resultaba hiriente, me daba el calor que aquél libro me había quitado. Sin duda marcó mis vacaciones en Buenos Aires. Aún me sorprendo de cómo unas cientos de frases pudieron remover mi conciencia de aquella manera pero, por otra parte, me voy dando cuenta que precisamente ese dolor atemporal que nunca había llegado a sentir después de nuestro accidente era justo lo que necesitaba. Consciente por fin de una vez, de no poder cambiar el presente, de no deber maldecir al pasado. Resurjo más fuerte, hoy sé que seré capaz…de recordarte sin odiarme.


Sinatra entonaba la última melodía en mi mp3 cuando desperté a mitad del vuelo transoceánico que me llevaba a Nueva York. Eran mis primeras horas de avión sin necesidad de recurrir a drogas farmacéuticas, favores de aquel libro de relajación mental. Aún no preparé mi discurso en el principal teatro del alto Manhattan pero me siento seguro de alabar a la nueva literatura, al nuevo escritor sin copa ni espada, de mirada actual y pensamiento cabal. Nuevos tiempos que no confundan lo contemporáneo con la falta de calidad, que no olviden el pasado pero que fijen su mirada en el presente. Intentaré suprimir la búsqueda del aplauso fácil, intentaré que este folio en blanco se asiente y acaricie con sus textos en las bases contra el olvido maldito.