lunes, 30 de abril de 2012

Qué bonito es siempre el presente dicen los caracoles al sol.
Unos se empeñan en dinamitar...no exigimos Ché Guevaras pero qué menos que conocer los propios fundamentos y sentidos de cada mente. Qué mejor que saber cuando tumbarse y cuando volar.


Detrás de una ventana apagada puede existir el sol.

sábado, 28 de abril de 2012

Soledad

Se escuchaba de fondo el piano bar, así como vasos rompiéndose, gritos de señoras que estaban siendo perturbadas y caladas emitidas al aire con despecho. Y en la esquina, sentada y ajena a tanto ajetreo, Soledad, atenta al paso de los minutos, sin añorarlos y sin culparlos de nada, tan tranquila pero tan pendiente de la inevitable letanía. No hubo obsequio lagrimal y las puertas se fueron cerrando, todos y cada uno ya en casa.

jueves, 19 de abril de 2012

Dioses ocultos y tú

El tiempo dura lo que dura el tiempo.
Saber decidir no se estudia en la escuela.
El esfuerzo no está de moda,
que todo sea un, dos y tres, ¡y hecho!

Quien fabrica ruedas sabe que es inevitable el pinchazo,
mas por ello no dejarán de buscar la máxima fiabilidad.
El esfuerzo no se aprende en el pupitre,
tiempos de renunciar nada más llegar a la esquina, o al final del primer camino.



martes, 17 de abril de 2012

No recuerdo si tengo memoria pero si sé lo que tengo que saber.
Será que no tuve tiempo para entenderlo todo.



Habrá que pagar la cuenta del incendio.

domingo, 15 de abril de 2012

Debajo del mimo, del clown, HOY estoy tan violento, DOWN radical pero tengo aprendido el papel principal.



Todo está muy claro pero no lo entiendo, ¿quién está ganando y quién está perdiendo?

Horarios esclavos

viernes, 13 de abril de 2012


Apiándese de los hombres que no tendremos ni libro, ni árbol ni hijo.





domingo, 8 de abril de 2012

Mi orilla del río

En la misma orilla de mi río
tu estabas esperandome durante unas cuantas horillas,
absorta por jilgueros y runruneos propios del final de la tarde.
Con tu abrigo dorado y tus secretos bien guardados,
sin mirar el reloj, sin dudas de mi llegada.

Yo. Saltando entre piedras.
Algún resbalón. Alguna levantada.

Juntos fuimos río abajo,
a donde se acaba el hilo y empieza el traje,
allí donde las gotas se hacen incontables,
donde el ahora, momento, now, es, sin tapujos, LA REALIDAD.

Y poco a poco, escribiendo canciones prohibidas,
redacté una carta de amor para los presos libres,
para los que salieron a la mar con barco y sin vela
para los que creen estar vivos pero sólo luchan por respirar.

Muñequita de las Malvinas

Quedate muy quietesita,
muñeca de las Malvinas,
mi muñequita del traje azul y blanco,
que me canta con sus buenos días
que me lleva a los mares de la esquizofrenia colectiva.

No corras tanto que la autopista de la libertad tiene peajes,
no termines por darle la espalda que (...)
la muñequita es paciente pero constante,
Sálvame Dios, la cruz; y yo su súbdito.

Y ya son las 9 y tú te me fuiste,
mesetas que son montañas y,
bueno,
y las cosas que nunca se olvidan.

Y llega la tarde soleada que termina en borrasca,
que me llueva todo lo que chispeó durante años.
Que pueda leerme de un tirón
las diez páginas del resumen de tu vida,
que me dejen no dormir en quince noches sin que a nadie le preocupe,
que me dejen tener sonrisa y dientes fuertes,
sin que eso indique falta de compás o tener hambre,
que cuando tenga frío pueda componer el calor.



viernes, 6 de abril de 2012

Poetas muertos

A veces los poetas muertos,
le dijeron a la vida que sí,
le escribieron 10 versos más
de los que se merecían.

Le cantaron coplas al viento
le escupieron siete rimas febriles,
"en abriles no andes con tiento
y termina por jugar a vivir".

No me digas que no te entiendo,
no me entiendas como a un favor tierno,
hojas en blanco en tu adios eterno
o letras revueltas en días de infierno.

miércoles, 4 de abril de 2012