A veces los poetas muertos,
le dijeron a la vida que sí,
le escribieron 10 versos más
de los que se merecían.
Le cantaron coplas al viento
le escupieron siete rimas febriles,
"en abriles no andes con tiento
y termina por jugar a vivir".
No me digas que no te entiendo,
no me entiendas como a un favor tierno,
hojas en blanco en tu adios eterno
o letras revueltas en días de infierno.
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