martes, 29 de noviembre de 2011

[...]No podemos vivir aplastados pero tampoco podemos quejarnos de la presión sólo mirando al viento pasar. Enjuiciarnos y no pedir defensa particular sería como hacer una pelota de goma y querer derribar el Empire State con ella: no es esa nuestra camisa luchadora; nunca ajenos (aún así) a que hace algún tiempo que las hormonas pasaron a jugar al mus. Qué acordes más bonitos me salieron al mirar tu foto pero qué tono menor terminó por apuñalarme al recordar a la generación perdida: eliminé cualquier disonancia hasta montar un grito agudo acorde con cualquier filosofía radical.[...]

No hay comentarios: