jueves, 12 de junio de 2008

His way with exceptions

Es fácil pero también es bueno aprender de los demás. Tal vez, aún lentos andamos por no darnos cuenta de que nuestra sombra nos está gritando al oído la mejor lección.
Cuesta mucho darse cuenta de cuando llegó el invierno, porque se camufló en tormenta de verano y en paraguas que no deja de terminar de apagar el incendio de aquel matorral de secano. Cierto es que no hubo invierno sin día primaveral, y que aunque la primavera pueda ser trompetera a veces es imposible que sea eterna.
Es, por tanto, motivo siniestro; como el de anciano que pasa de acera aún a sabiendas de que no le restará tiempo para alcanzar la otra orilla, pararse a respirar, sin que la insuflación pulmonar nos maree y nos despide...demasiado.

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