martes, 17 de noviembre de 2009

Santo Tomás


Santo Tomás, la más virgen de la cuadra norte del barrio del altar;
puercos los animales del establo de la mirada del perdón
y la sonrisa despiadada de la asesina de la piel de toro.

Santo Tomás, la más vista entre todos los sordos,
la más prescindible de entre las importantes;
de tanto trasiego de prioridades se le perdió el anillo del corazón.
Santo Tomás, la más justa de entre las morosas,
la más acuchillada en las noches sangrientas,
de pelos en pecho y pequeños doseles podados con derecho.

Santo Tomás, jura más que pide perdón,
silencio era un hogar con diez miradas en discusión;
prisa es sinónimo de compasión.

Santo Tomás,
la que nunca disfruta con el sol de cada martes,
y juega a miércoles bisiestos cada vez que el año la deja en jaque.


(que viene el sol!!)

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