jueves, 7 de abril de 2011

Mandamientos

¿Será la ironía la que resucite al saber? Me alegra conocer a la vez que me apena. Me asusta predecir a la vez que me enorgullece. Suerte de que un "nunca más" ya sea un nunca más y que un "vuelva usted mañana" es un hasta siempre. Suerte que la sonrisa de la suerte tenga los labios amarillos y que jamás me vaya a volver a preocupar lo más mínimo por la traición. Tengo la libertad rebosante como la espuma del rabioso, tengo las posibilidades en mis dos manos y tengo tanto mundo que el resto me suena a repetido. Me resuenan a la misma mierda las mismas historias de siempre, me rio de tanta mentira, no puedo parar. No tengo miedo a casi nada y, al fin, después de tanto, que a la vez es tan poco, reconozco bien las cosas y se cuando todo tiene un... Omitamos decir demasiadas verdades en este espacio virtual, donde todo parece ser leído aunque son breves o nulos los comentarios. Omitamos remitirnos a nada, porque todo puede acabar en un choc, el mismo que termina por llegar pero que no merece la pena explotar aquí. Qué penita tiene todo el mundo, son los tiempos que corren. Los que reniegan de una vida de excesos son los mismos que no tienen vida. Los que juran creer en algo son los bautizados que irán al cielo, amén.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pena, penita, pena. Amén.