martes, 19 de noviembre de 2013

Naufragar

Tendré que volver y preguntarte por qué te fuiste,
si es que no tuve momentos para escribirte cuando ya el tren estaba partiendo,
y los montes nevados.
Las escuelas vacías y los funerales por tu marcha llenos.
Siempre esperando y yo ya también estaba tan lejos:
nunca me podrás decir que nunca te amé ni que nunca te respeté,
sólo fueron las paredes, que de tanto eco me quedé bien hueco,
que de un golpe de inspiración me quedé a vivir sin ti,
maldito el momento en el que aposté por naufragar.

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