lunes, 6 de octubre de 2014

¿Quién recorre las redecillas de los paneles sin probar un poco de miel?
¿Quién se acuesta a la mañana sin pensar que mañana ya es hoy?
¿Cómo te encuentras cuando te miras al espejo sin esperarlo
y retienes la mirada como si fueras algún ajeno?
¿Qué me vienes a contar sobre aquello que yo ya sé?
Se perdió el tilín del corazón
a fuerza de tocar rodeados de cuervos al acecho.
Se perdió y se encontró,
se confundió lo que es y lo que nunca ocurrió.

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