viernes, 21 de mayo de 2010

Coladores

En su casa había un coladero, era metálico. Un día se le rompió al rozarlo con la esquina de un plato redondo. Al romperse saltó una chispa que hizo que la casa ardiera por los cuatro costados. Fue y compró un colador nuevo y después apagó el poco fuego que quedaba. A mí me pasó lo mismo, primero apagué las llamas y después me compré un colador de plástico.

No hay comentarios: