Como colmado por estadios ardiendo,
como el remolino que atraviesa la autopista;
calla niña y abre la puerta,
entre Madre, juegue a la niebla.
El potrillo lleno de aceleración
con sus esferas de aquí para allá;
no sabe a quién esperar o espiar.
Malditos romances, de animales y niñas,
malditos plurales para tanto singular,
malditas curvas para alargar el camino.
1 comentario:
Si el camino se hace curvas hay que aprender a tomarlas y hasta a disfrutarlas. :)
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