Si no me quieren en vida

Dicen los médicos que en la vida todo se acumula: las horas de sueño, las de insomnio, las salidas, las quedadas, las patatas, las ensaladas, las carreras, la televisión, el amor, el desamor. No es importante sólo estar vivo pero a veces es fundamental para poder aportar algo más. Para poder soñar. Yo soñé que la historia era de esas que nunca se acaban, de las que se van para volver al bastante llena de fuerza y de sentimiento mundial. Yo soñé que las amistades o desamistades estaban siempre fuera de toda duda, fuera de todo dolor interno, fuera de toda confusión animal de idas o venidas. Yo pensé que las cosas eran así pero puede que me esté equivocando. También puede que esté escribiendo sin ser yo, con una mente sin engranar y con unas dudas que ni existen por no poder ni querer pensar.

Yo, que creo en los médicos, me creo que quien no sabe valorar, esperar, ver el futuro cual repartidor de juego en un equipo de primera élite mundial, se equivoca. Y me duele, me duele la inmediatez, la dureza, pero me ayudan a valorar, a decir OK perdón, y a irme sin tener mucho más que decir por la senda de las carreteras oscuras. Y bueno, llorando riendo, riendo llorando, qué se yo, me voy.