sábado, 6 de octubre de 2012

Todas las palmas a destiempo vitoreando a la autodestrucción.
Cuando el suelo se vuelve encima sólo unos poco se quedan parados,
el resto son palomitas de maíz saltando ante la realidad;
¿y  la verdad de todas las cosas?
Yo me pregunto si es orgullo o si es perdón,
si cuando me quieres decir decir que no es siempre sí,
si tu cara mojada nunca se empapa porque el agua resbala por algunas pieles.
A veces debo jugar a correr por delante de las balas,
justo después de que yo apretara el gatillo;
sólo a veces tengo que tentar a la felicidad,
es esa florecilla que soporta y se aferra al final del otoño.

1 comentario:

Virginia Fuster Abad dijo...

Mmmm qué estilo más Loriguiano...