miércoles, 3 de diciembre de 2014

Hubo una noche de verano. Estuvieron atentos los pajarillos cantando felices a nuestro paso, justificando sus volátiles cantos con nuestra alegría y así se llegó al otoño, frío y desolado. En invierno nos quedamos destapados y la enfermedad se nos curó en una primavera llena de nubes blancas.

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