Me moriré de mi cirrosis elaborada con cariño y tiempo,
de tus pasos de bailarina nerviosa,
de tu mirada desierta en mi multitud de prisas y agobios.
Moriré de un último sorbo adulterado,
de beber de tu vaso día tras día aún ya contigo en otras nubes,
de jugar a las ruletas rusas en estepas heladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario