lunes, 14 de enero de 2008

YaEstá (YE)

No sería sincero dejar de recordar al señor de los rizos de oro y la voz nasal, al que como asesino de espalda en pecho le dejamos marchar y al que le animo, ahora y siempre, a dejar que se vuelvan aún más locas las locuras por si solas, a no darle importancia a lo que no lo tiene.

Esperando algún día noches de blues y rockandgol te mando un gran abrazo, amigo murciano (marciano???) desaparecido. Del odio al amor hay sólo un acorde, por tanto, se le quiere.


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