martes, 23 de junio de 2009

La rebeldía

¡Qué rebeldía!

Te dije que no te quemaras, ¡qué te ibas a quemar!
te dije que no saltaras, menudas piernas de algodón...
Me contaste que ibas a la guerra,
suerte que te resignaras antes de que me enviaran el roble rectangular.

Las hojas eran campos de fresas
pero tú decías que eran sólo hojas.
¡No me dejaste quedarme en mi cosas!
Que de pena no vivo solo podría decirlo yo.

Abortos de rosas, miel de rumiante, casos perdidos.
Suelos de escarcha en bailes de salón,
balas perdidas en mundos de paz.
Paz, paz escondida.

Envía, envía lo que quiero recibir.
Es cierto, sólo deseaba un ingreso en mi cuenta corriente.

1 comentario:

Salva dijo...

Vaya, el final no me lo esperaba jajaja.

Saludos!