viernes, 13 de enero de 2012

En el camino del conocimiento las fronteras están abiertas, el lenguaje (aún con una clara tendencia mono-) se abre en un milsabores de salsas, colores e instantes; y el potencial de las mentes pueden llegar a alejarse del potencial económico.


Y es cierto, Madeleine, ese cigarro no lo pago con mi risa. No te miento Perico, tus razones se derrumban con pólvora. No nací entre montañas pero soy de la tierra, viví en valles de corazones y el latir de la ciudad me puede.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El aire se eleva a cotas infinitas de dulces deseos de abarcarlo todo.

Si el fuego que toca fuese realmente pasión se convertiría en la fusión perfecta para lograr la ansieda eternidad.

Anónimo dijo...

El que mucho abarca poco aprieta... pero la eternidad está al alcance de todos