martes, 3 de julio de 2012

Es verdad que no dormí ni de día ni de noche, es verdad que rompí el tiempo en diez y que me olvidé de donde estaba y a donde tenía que llegar cada día. Es cierto que decidí asesinarme y no pararme a pensar en las consecuencias. No miento al decir que la locura fue parte de mis momentos y que la suerte fue mi hermana gemela, dejándome sobrevivir. Pero ahora todo cambió. Las flores tienen bastantes colores, las carreteras están llenas de rectas y los hogares mantienen la temperatura adecuada. Que nadie me pida ser normal ni diferente, que nadie me pida escuchar el río que está cerca del mar si es que no quiero hacerlo. Gracias a la vida, que me ha dado tanto.

No hay comentarios: