martes, 27 de noviembre de 2007

De orgullo y de miedo

Vivimos en tiempos de críticas desmesuradas y obsoletas. Vivimos en momentos en los que se dice que nada es gratis pero, a la vez, se reniega de lo que no tiene valor material por poder acceder a ello toda la población.

¿¿Huimos de la realidad?? ¿¿de darnos cuenta de que nos superan y que no somos tan magníficos cómo nos hemos dibujado, moldeado o calcado?? ¿¿de que no haya selección adquisitiva??

A Pamela o le sobra silicona o se le calló el sombrero.

El jardinero fiel nunca supo nada de sueños cannabicos.

La estética nunca fue cortada por las mismas tijeras, ni por el mismo patrón.

Apostemos por una crítica compensada, real, sincera, coherente, irónica y con base.



Reneguemos (??) de la crítica fácil y burlona, de asentarnos en la cibernética o en cualquier otro soporte de difusión rápida y masiva para soltar palabras al aire sin sentirlo y, sobre todo, sin saber de lo que se habla.




Luego no se ofendan cuando aparezca alguien que les ridiculice.




Aprendan a aprender.



1 comentario:

p.d. alvarez dijo...

aprender a aprender o leyendo a los que leen.

siempre hay que tener los sentidos abiertos o estar abiento a los sentidos.