viernes, 8 de enero de 2010

Señales: mitades de verdades


Somos observadores, nos miramos en cada espejo que pasamos. Ayer te observabas con esmero cuando se cayó la esquina de una cornisa de uno de los comercios que tenías a tu espalda. Una señal. Somos merodeadores, andamos de aquí para allá. En una esquina de Brooklyn consultábamos el mapa de metro para intentar conseguir llegar a nuestro destino antes de la hora a la que cerraban los restaurantes, momento en el que divisé una publicidad de nuestro lugar preferido a donde ir a tomarnos unas chips y algunos otros lujos anglosajones. Una señal. Perdiendo un poco de paciencia me marché corriendo de aquella masa humana pero me choqué en mi huida con aquella mujer tan bella, me recordaba a mi psiquiatra. Una señal. Pasa un avión de una compañía nacional por encima de tu cabeza; lo miras y la nube que tiene al lado te recuerda a las figuras que tanto le gustan a tu hermano, esas muñecas moldavas de tantos colores. Una señal, es el día de su cumpleaños y estabas escasa de ideas.


Hoy enciendo la televisión y está empezando el telediario. No creo en las señales.





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