lunes, 7 de mayo de 2012

Conversación entre el Querer y el Rechazo

-Si no insisto más es porque no quiero molestarte, Rechazo. ¡Pero si no insisto más también iría en contra de mis principios!

- Olvídame!

- Vale, de acuerdo.

- Gracias.

- No quiero! No puedo!

Así pasó el tiempo y el Querer solicitó un beneplácito:

- De acuerdo, te daré rechazo, Rechazo. Pero si el día tiene 24 horas...¿me darías 5 minutos de bonitos pensamientos?

El Rechazo, casi por pasotismo, aceptó. Cumplió su promesa y día tras día pensó durante 5 minutos en momentos preciosos que recordaba. Al principio cumplía respetuosamente este tiempo pero poco a poco y casi sin darse cuenta, los minutos se fueron multiplicando, hasta llegar a ser horas...Había salido de un bucle de oscurantismo y negatividad que por un sumatorio de complejas pero a la vez simplonas situaciones había llegado.

De repente llegó un día en el que el Rechazo pensó: ¿por qué en vez de pensar durante horas en el querer pensaba sólo en el rechazo? Su bucle se retroalimentó ésta vez de forma positiva y se dio cuenta de que el Querer, que ya sabía que a la felicidad no se suele llegar por el camino más corto, tenía toda la razón.

Durante este tiempo el Querer había ido perdiendo algo de su dinamismo y había tomado en ocasiones la función del Rechazo. Y éste último hasta fue capaz de aportarle un poco de su nueva sabiduría, algo que rápidamente recordó y, casi sin darse cuenta, fueron aplicando de manera tan intensa sus conocimientos que de ellos nació un tercer componente:

el Amor.

No hay comentarios: