domingo, 20 de octubre de 2013

Sólo necesito una sonrisa cada media hora, una coherencia en los actos, ausencia de conversaciones virtuales desconocidas. Sólo necesito que dejes de caminar por el sendero del viento. Algunas veces, cuando el sol empieza a salir, me acuerdo de todo: de los errores, del buen hacer, de la magia, de la poesía, de las canciones, de los acordes que me acompañaron todo este tiempo. Puede que me muera mañana y será entonces cuando dejaré de recordar y cuando la pasión de los conocidos se desbocará en una manifestación sincera (o no tanto) ante la pérdida. Es virtud del ser humano valorar tras la pérdida, pocas veces se ve a la derrota llegar o, sencillamente, no desarrollamos mecanismos hormonales que de verdad puedan contrarrestarla. La realidad se enturbia a veces con la mentira y el mal hacer, a pesar de que se presuma de lo contrario. La confesión interna llega tras el final.

No hay comentarios: