martes, 1 de octubre de 2013

Hombre dormido

Pobre hombre es el que tiene para comer pero no respira;
sus hijos ya tan mayores que le lavan la baba los domingos al verlo en el locurandero.
Pobre cuando se afeita por la mañana y se acuesta sabiéndose no haber vivido,
fumar el mejor habano no es sinónimo de haber visitado La Isla ni un mero segundo.
No te me despiertes cada vez que te llamo si es que tu pensamiento es ágil e inteligente,
mantén la inteligencia del momento y regálala al mundo que está bien dormido,
jura de manera distinta, ya sea en paredones, en fragatas o en iglesias de la Galicia profunda;
propón algunos versos e invita a los jóvenes a deformarlos,
a masticarlos como si fueran peces nadando muy cerca, allá por el aire;
desnuda a la mujer ya sin piel y cuéntale los secretos que gritaron en aquella manifestación,
permite que la Virgen disfrute con la bossa nova del lugar,
maldiga a los niños que se apresuran a quemar cualquier material,
perdone que ya no le tutee,
escuche sólo durante media hora la actualidad, pues ya es pretérita.


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