Con muchas horas que dejé en el camino, de sueño, desde siempre, y más concretamente desde la última noche, vamos preparando los últimos detalles para la nueva e interesante escapada a la capital. 1.200 kilómetros en apenas dos días, 8 horas de música, muchas de diversión y otras tantas de cansancio.
Mientras los de Nuevos Ministerios juegan a los lores en esos tres días en los que la nación se pone a debate. Mientras, tener un niño pasa a estar valorado en 2.500 euros más. Mientras conocemos un nuevo país que por lo visto se llamaba Yemen. Mientras inhibimos frecuencias pero no inhibimos masacres.
¿Sería enjuiciable que una agencia de viajes totalmente legal (donadora de euros a las arcas propias y ajenas) organice viajes a un país no recomendado por el propio gobierno para viajar allí?...Me planteo dónde quedó la lógica de algunos actos, pero quizás para ello habría que ser un ser superior, un algo que nadie es.
¿Cómo ese diputado que cobrará un sueldo vitalicio por llevar 8 años en su escaño posee aún el poco talante de reclamar actas de reuniones por la paz con los "pistoleros de la independencia..." ("o pistoleros de un sueño que dejó siquiera de ser bohemio hace ya muchos años???")?
Me despido por unos días en los que habrá un reencuentro con gente desconocida, con todos aquellos que siendo o no siendo músicos entendemos de la misma manera cómo debe de hacerse una canción. Que todo se calme!
La carretera - Alberto Molina Navarrete
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