viernes, 15 de junio de 2007

La búsqueda (II)

...Consciente de que la búsqueda resultaría imposible si me empecinaba en ello, decidí volver a casa, no quedar con nadie y pensar en otra cosa. La televisión alivió mis primeros minutos de soledad, a la vez que alternaba con los noticiarios de la radio que puntualmente al sonido que indicaba cada franja horaria me daban buena cuenta de la demoledora actividad del mundo que me rodeaba.

Poco a poco parecía retomar vitalidad, aún a sabiendas que sin ella esa recuperación no sería ni mucho menos total. Un plato de pasta de la noche anterior me sirvió para coger aliento. La pequeña canasta de baloncesto de la puerta del salón, tras años sin ser utilizada pudo disfrutar de algunos de mis lanzamientos aunque, claro está, la falta de práctica me había devaluado hasta no conseguir acertar prácticamente ninguno.

El día parecía acabarse y las horas finales perdían su significado. El camino a la cama resultaba sin duda el más acertado. Creía haberla perdido para siempre.

Estaba ya al final del pasillo cuando sonó el teléfono. Lo cogí pero obviamente no era ella...¿Quién era?...Resultó ser una antigua compañera de clase que después de años separados, había decidido reunirnos a todos en un pequeño restaurante en el barrio de nuestro antiguo colegio, modesto pero muy variado; y había pensado en mí, se había acordado de mí y según me dijo yo era la segunda persona a la que llamaba después de, claro está, a su gran amiga del alma en todos esos años de sumas y restas, de ríos y valles. Después de concretar fecha, lugar y hora, hablamos algunos minutos de temas generales y nos prometimos ponernos al día de cada paso que hubiesemos dado en todos estos años el día de la reunión.

Después de colgar, me detuve un instante y me apoyé levemente en la mesa del salón. Esa llamada había activado algo en mi interior. Necesité de algunos minutos para darme cuenta realmente de lo que estaba pasando. Ella sí que era la que llamaba, sólo que enmascarada...Había recuperado eso que te motiva a hacer todo y nada, de forma corriente o peculiar, que te hace ver las cosas en su máximo apogeo y que no sabes muy bien por qué se va ni cómo viene, por lo que es inútil salir a buscarla...



...La inspiración.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus relatos enganchan eh?

Anónimo dijo...

Ahora ya sé porqué no me querias decir la razón por la que me tenía que acordar de aquella frase cuando estuvimos hablando el otro día...supuse que iban por aquí los tiros jeje.

Hay que admitir que me gusta leer lo que escribes por aquí.

Ya tengo otra razón por la que seguir en contacto contigo..además de muchas más que ya sabes ;)

Un besiko